martes, 19 de febrero de 2013

Detesto...

...que me utilicen.
...que gente que no me conoce haga chistes sobre mí en base a un mote que me pusieron de pequeño y que odio que me lo llamen.
...que esos que van presumiendo de que su cultura se basa en el respeto no se apliquen el cuento.
...que intenten marginarme por no ser como todos los demás.
...que me miren como a un rarito porque escuche metal y rap que, por cierto, NO SON INCOMPATIBLES.
...no tener el valor de expresarle mis sentimientos a la chica que me gusta.
...no saber aconsejar a la gente que recurre a mi cuando lo necesitan.
...que cuando tengo un día malo, alguien lo tenga que rematar.
...que cuando el día va bien, alguien lo joda.
...que consigan embaucarme para después ser yo quien queda como un interesado.

jueves, 14 de febrero de 2013

¿Un solo día para demostrar amor y cariño?

Como cada año, llega el 14 de febrero y, con él, los regalos románticos, los despistes de los que no han comprado nada a su pareja, mofas sobre la jornada, etc.

Pero, ¿por qué tanta expectación con el día de San Valentín? ¿No sería mejor demostrar el amor por una persona cada día? Pues, aunque parezca mentira, todavía existe gente que no termina de entender esto, personas que sólo hacen cosas diferentes coincidiendo con la festividad.

Por otro lado, en nuestro habla existen unas cuantas expresiones que progresivamente están perdiendo su valor, como la expresión "te quiero". Esta expresión la he oído tantas veces que para mi ya carece de significado, excepto en casos de gente que sé que suelen ser reacios a decirlo. Personalmente, yo si le digo a una persona que la quiero es porque siento algo por ella, nunca lo he soltado a la ligera ni pienso hacerlo.

No quiero despedirme sin dedicarle una frase a la chica que me gusta:

"¿Que llegue el 14 de febrero para decirte que te quiero?
Mejor todo el año para profesarte mi amor sincero"

lunes, 11 de febrero de 2013

Dudas.

Pasan las horas, los minutos agonizan mientras espera a que su móvil suene, pero esta vez tampoco lo hará. Empieza a perder la esperanza en labrar un futuro junto a ella, piensa que le va a rechazar de la forma más humillante. Empieza a reflexionar:
-¿Y si me arriesgo? ¿Perderé sólo la posibilidad de estar con ella o también perderé su amistad?

Las dudas retumban en su cabeza, dudas cuya respuesta encuentra cada vez más lejos.

lunes, 4 de febrero de 2013

Día de la tortilla 2013

En mi pueblo (aunque prefiero llamarlo ciudad), Torrejón de Ardoz, desde tiempos inmemoriales (eso lo digo porque no tengo ni zorra de cuándo) se celebra coincidiendo con el día de San Blas, el día de la tortilla, una jornada que básicamente consiste en que las familias y los jóvenes que van a su bola se van al recinto ferial a comer tortilla en la explanada de césped adyacente al lago del propio recinto.
¿Por qué a los jóvenes torrejoneros les gusta tanto esta "festividad"? Muy sencillo, porque aunque no es una fiesta oficial para ellos es como si lo fuera, porque las familias, con la mayor permisividad posible, les permiten saltarse las clases ese día. ¿Y que hacen algunos profesores para evitar tanto absentismo? La solución más fácil para ellos y la peor para los jóvenes: examen al canto.

Bueno, ya que he explicado a grandes rasgos en qué consiste el día de la tortilla, voy a comentar algunas cosas que me han sucedido durante el día.

En primer lugar, gymkhana de habilidades en bicicleta. la actividad que a priori se presumía la más espectacular de la jornada resultó ser una de las actividades más cutres de los últimos años, una serie de conos dispuestos sin ton ni son y un tablero de MDF a modo de balancín, tablero demasiado poco grueso para el peso que debía soportar y que terminó partiéndose.

Por otro lado, la exhibición canina de la policía local. La plaza de toros de la localidad llena hasta la bandera para un "espectáculo" que solo demostró lo buenos y disciplinados que son los canes del cuerpo de policía a la hora de detectar drogas. Y al colocar droga a los agentes de paisano que colaboraban en la exhibición no se quedaban cortos. Bolsas grandes de marihuana, tabletas de hachís tamaño XXL y fardo de cocaína de, por lo menos, medio kilo.

Pero antes de la exhibición, tuvimos el "privilegio" de disfrutar de una masterclass de Zumba, ese baile que ha llegado igual que se va a ir, rapidito y sin hacer mucho ruido. En la masterclass, los problemas técnicos estaban a la orden del día, bueno, el único problema era que en lugar de programar la sesión en formato digital, usaron un CD, con los consiguientes riesgos que ello supone. Y, siguiendo al pie de la letra la Ley de Murphy, el CD estaba completamente rallado, impidiendo a las tres pobres chicas presentes sobre el escenario impartir su taller.

Y, como última actividad mínimamente interesante de la tarde, el taller de breakdance impartido por mis amigos de la Breaking Crew y asociación cultual Air Style. Actividad que cumplió todas las expectativas, al final resultó ser la mierda que tanto ellos como un servidor vaticinaban. Cuando preguntaban a la gente presente si alguno deseaba aprender por lo menos algún movimiento básico, no encontraron ninguna respuesta afirmativa, si no tenemos en cuenta a unos cuantos niños de entre 3 y 5 años que pasaban por allí.

Y, paseando por el recinto ferial, uno se encuentra a la típica gente que dejó de llamarte hace ya mucho tiempo y te saluda ahora buscando retomar una amistad por el interés. Yo, como de costumbre, me he hecho el sordo, porque no tengo ganas de aguantar a cierta gente.

Pero bueno, el día tampoco ha estado mal, hoy sobre todo han predominado las risas. Y tras un texto de tal longitud como este, he de suponer que mi ausencia de 9 días está más que justificada, porque semejante rajada lleva tiempo para fraguarse.

Con esto me despido hasta la próxima entrada no pesimista, invitándoos a reflexionar con una cita del dictador chino Mao Tse-Tung que me da que pensar: «Leer demasiados libros es peligroso».